La IA no sustituye, apoya: cuando pedirle deseos al genio sale mal.

Hecha con inteligencia artificial.

Errores comunes al usar IA en agencias de comunicación: por qué la inteligencia artificial no reemplaza el criterio humano

Por VCN – Voice Kol

Recientemente me enteré de un caso que, si bien no me sorprendió del todo, sí me dejó profundamente preocupada.

Se trata de una agencia grande, consolidada y con presencia internacional… que falló. Y podríamos pensar: "Errar es de humanos; a todos nos pasa". Pero —y aquí viene un gran “pero”— no fue una equivocación menor ni aislada. Fallaron dos veces, en la misma semana, con el mismo cliente, durante el lanzamiento de un gran producto.

¿El motivo?

Una dependencia ciega de la inteligencia artificial.

Sí, leyeron bien: IA mal utilizada = doble fracaso.

🧞‍♂️ La IA no es un hada madrina, es un genio… y hay que tener cuidado con lo que se le pide.

Usar la inteligencia artificial sin revisar, sin criterio, sin adaptar… es como pedirle un deseo a un genio de la lámpara sin pensar en las consecuencias.
La respuesta puede ser impecable gramaticalmente, pero desastrosa estratégicamente.

Y no es culpa del genio.
Es de quien no supo formular bien su deseo. ¿Y esto por qué? Porque la IA no sustituye tu rol, pero sí potencia tu trabajo.

La inteligencia artificial es una asistente brillante. Memoriza rápido, ejecuta con precisión y nunca se cansa.
Pero ten cuidado, porque no piensa por ti.
No conoce a tu cliente.
No entiende tu contexto.
No siente la responsabilidad del resultado final.

Entonces, ¿por qué delegar tareas críticas sin supervisión humana?

🧵 Como en la moda: lo hecho a la medida vale más que lo producido en masa.

Una prenda personalizada tiene valor porque fue pensada para ti. En cambio, una hecha en maquila puede parecer eficiente, pero rara vez enamora. Y en comunicación pasa lo mismo, pues no todos los clientes, públicos, canales o productos son iguales y tampoco podemos tratarlos con plantillas genéricas generadas por IA y esperar resultados memorables.

Lo que este caso nos recuerda 🚩:

  • La IA es aliada, no sustituta.

  • Usarla sin revisión no es eficiencia, es irresponsabilidad.

  • Ser experto en IA no es saber pedirle un texto; es saber qué pedir, cómo pedirlo, cuándo intervenir y cómo adaptarlo.

  • Ningún software reemplaza el criterio, la intuición ni la pasión humana.

  • La reputación de tu agencia (o tu marca personal) depende de cómo integras tecnología con sentido común.

Por lo que, y en conclusión: Menos es más, pero con cabeza y corazón.

Quizás, como en la alta costura, la solución no es más IA ni más volumen, sino más cuidado. Más intención. Más revisión. Más pensamiento estratégico.

Porque ni el cliente, ni su historia, ni su reputación se merecen un trato en serie.

¿Te interesa aprender a usar la inteligencia artificial con estrategia, ética y criterio profesional?

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